Nomenclatura Binominal


En biología, la nomenclatura binomial o binominal (también llamada nomenclatura binaria o nombre binario) es un convenio estándar utilizado para denominar las diferentes especies de organismos (vivos o ya extintos). A veces se hace referencia a la nomenclatura binominal como Sistema de Clasificación binominal.
Como sugiere la palabra «binomial», el nombre científico asignado a una especie está formado por la combinación de dos palabras (“nombres” en latín o de raíz grecolatina): el nombre del género y el epíteto o nombre específico. El conjunto de ambos es el nombre científico que permite identificar a cada especie como si tuviera "nombre y apellido".
La nomenclatura binomial es la norma puntual que se aplica a la denominación de los taxones específicos, pero representa sólo uno de los estándares de la nomenclatura biológica, que se ocupa también de la denominación formal (científica) de taxones de otrascategorías.
En el contexto científico, la utilidad de la fórmula binaria consiste no sólo en salvar la ambigüedad que se puede presentar ante los diferentes nombres vulgares para un organismo, sino también para dar nombre a aquellos especímenes que ni siquiera tienen un nombre común. También permite superar las dificultades comunicacionales en diferentes lenguas a partir del reconocimiento universal y convenido de un sistema de nomenclatura estándar.
El valor del sistema de nomenclatura binominal deriva primariamente:
  1. de su economía: pues bastan sólo dos palabras para identificar inequívocamente a una especie;
  2. su difundido y generalizado uso: fomentado y regulado por la comunidad científica para uso universal.
  3. y la estabilidad relativa de los nombres usados, pues se intentan conservar a pesar de modificaciones taxonómicas y sistemáticas.
Sin embargo, a pesar de las reglas que dictan el carácter único del nombre binario para una especie, en la práctica, es común que existan sinónimos, es decir, que haya varios nombres científicos en circulación para una misma especie (en general dependientes del punto de vista del sistema taxonómico particular en uso, y en última instancia, del autor).
La estabilidad de los nombres peligra a veces por la resurrección de algunos nombres olvidados en el tiempo, los cuales podrían reclamar su prioridad por ser los primeros publicados. En estos casos, sin embargo, es posible conservar estos nombres (nomina conservanda o nom. cons.) de acuerdo a los códigos de nomenclatura en uso. Para la nomenclatura botánica, se aceptan como válidos sólo aquellos nombres que a partir de 1753 aparezcan en una publicación oficial; tomándose 1753 como fecha de partida por la primera publicación linneana (Species Plantarum). Para la zoología, la fecha de partida es 1758.
Desde mediados del s.XIX, se hizo cada vez más notoria la necesidad de un cuerpo de normas que reglaran la conformación de los nombres científicos. Con el correr del tiempo, estos cánones conocidos como Códigos de Nomenclatura, dictaron la denominación de:
  • animales (Código Internacional de Nomenclatura Zoológica),
  • plantas (Código Internacional de Nomenclatura Botánica), incluyendo a hongos y cianobacterias,
  • bacterias (Código Internacional de Nomenclatura de Bacterias), y
  • virus (Código Internacional de Nomenclatura de Virus).
Las normas de los Códigos de Nomenclatura varían de uno a otro.


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